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Han pasado varias décadas. “Wyoming. Llano, sin colinas: puedes verlo todo a 20 millas de distancia. Nada de vallas, sólo tierra arada y seca. La cámara gira y ves un árbol gigantesco, muerto, que se mantiene en pie por cables”, describe Ridley Scott. “Junto al árbol hay una cabaña blanca tradicional, al estilo de Las uvas de la ira, con un porche. Y más allá, a una distancia de dos millas, al anochecer, está una cosechadora enorme fertilizando el suelo”. Sí, este el inicio de Blade runner 2, como ha contado el director de la primera parte esta semana en Los Ángeles en el AFI. “Tiene 16 faros klieg, y es cuatro veces más grande que la cabaña. Entonces, un spinner [un coche volador] llega por el aire y levanta el polvo. Mientras ladra un perro, por supuesto, un tío sale del vehículo: allí está Rick Deckard. Entra en la cabaña, abre la puerta, se sienta, huele el estofado y espera a que llegue un tío. El tío le ha visto llegar, así que aparca la cosechadora (que le saca tres pisos de altura a la casa) y baja por una escalera. Es un tío grande. Entra por la ventana y se pone al lado de Harrison. La casa cruje: ese tío debe pesar 158 kilos por lo menos. Y no voy a decir nada más”. Así iba a arrancar Blade runner, por lo que incluso existen unos bocetos dibujados de esa secuencia. Se descartó, y Scott, que ahora solo produce la secuela porque está más metido en el desarrollo del mundo Alien, ha recuperado aquel momento para empezar la segunda parte, con un Deckard mayor. Y eso que Blade Runner ha sido una obsesión en la vida del director inglés, que la ha remontado -añadiendo imágenes, filmando nuevas, incorporando una secuencia de Legend (otra de sus películas) o quitando la voz en off- en varias ocasiones tras su estreno en 1982.

Blade runner 2 comenzará a rodarse en verano del próximo año. Detrás de la cámara, estará Denis Villenueve, que afronta el gran reto de su carrera en su noveno largometraje (tiene casi rematada Story of your life, sobre invasiones marcianas). Se hizo conocido con Incendies en 2010, y llegó a Hollywood en 2013, cuando rodó seguidas Enemy y Prisioners, ambas con Jake Gyllenhaall y ambas, en un hermoso guiño, finalizadas con el mismo plano. El viernes pasado estrenó en España Sicario, con la que concursó en el pasado festival de Cannes. Y a petición de EL PAÍS, accede a contar algo de Blade Runner 2. “Cuanto más sé de cine, y más ruedo, intento ser más sencillo y eficiente a la hora de plasmar en imágenes las ideas”, empieza a contar como esquema general. “Deakins me ayuda en este camino. Para mí es un privilegio trabajar con él. Creo que es más un contador de historias que un fotógrafo”. Para Sicario, Villeneuve recuperó la impresión que dejó en él Los siete samuráis, de Kurosawa. “Es una de las películas que más han influido en mi vida”. Posible pista. Del guion de la nueva Blade Runner, apunta: “No puedo decir mucho, porque vivo rodeado de restricciones, pero sí que es muy potente”.

Hay detalles que van a unir Blade Runner 2 con el resto de su carrera. “De una manera curiosa, se va a repetir el esquema de gente incómoda en sitios donde se desarrolla la acción. Cuando leí el guion, sentí que me llamaba a mí, y solo a mí. Por eso acepté el reto”. De eso ya iba Blade Runner. Villeneuve piensa un rato: “Sí, todo aquello estaba, y se repite cierta melancolía. Una melancolía que creo estaba en mis películas precedentes. Pero, de verdad, te prometo que más ya no puedo contar”.

Sin embargo, hay algunos datos más sobre el filme. El guion es obra de Hampton Fancher, que también escribió el primero, basándose en la novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Fue el libreto el que convenció a Harrison Ford a incorporarse al proyecto. El lunes Ryan Gosling no pudo más y contó que él será el coprotagonista. También alabó el guion y a la pareja Villeneuve como realizador y Roger Deakins como director de fotografía. “Hay un chip dentro de mí y si digo algo más, explotaré”, contó el actor, excusándose para no ahondar en el proyecto. Sí es público que Fancher, a sus 77 años, ha colaborado en la escritura con Michael Green y que Scott ha estado presente. Pero nada más de la trama, y tampoco de su título, aunque Warner Bros. ha registrado varias webs con el nombre Androids dream (Los androides sueñan).

Quienes sí saben, callan. Bastante tiene Ford con la llegada de El despertar de la Fuerza. Por su parte, el británico Deakins, uno de los mejores directores de fotografía actuales, habitual del cine de los hermanos Coen y candidato en 11 ocasiones a los Oscars, ha dado pocas pistas: “Vamos a rodarla como una película independiente de la primera. Por supuesto, habrá elementos que la enlacen con la original, pero hay que hacer lo mejor para este guion”, dijo en septiembre, alejándose de la icónica imagen de lluvia atravesada por rayos de luz. “No rodaremos en 3d, pero podría estrenarse en ese formato”. Está será su tercera película con Villeneuve, tras Prisioners y Sicario.

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