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El secretismo que rodea a los importantes 'blockbusters' en la actualidad está a la orden del día y Star Wars es, quizá, la franquicia que más en serio se toma las posibles filtraciones de sus películas. En los inicios de la saga, cuando ésta estaba en manos de George Lucas, no había que preocuparse tanto, pero tras la compra de Lucasfilm por parte de Disney y los diferentes equipos creativos con los que el estudio cuenta, cualquier restricción es más que necesaria.

Si no que se lo pregunten a Gary Whitta, guionista de Rogue One: Una historia de Star Wars, que ha revelado, durante el panel de La Guera de las Galaxias en la Salt Lake Comic Con's Fan 2017 (vía CB), los estrictos protocolos que tiene Lucasfilm con sus películas. "Trabajar para Lucasfilm es como trabajar para la CIA", ha declarado Whitta. ¿Quieres saber qué tuvo que hacer para conseguir entrar en Star Wars? ¡Sigue leyendo!

El guionista ha contado que un trabajador de Lucasfilm, Kiri Hart, contactó con él y le informó que le enviarían un documento protegido con una contraseña. Después recibiría una llamada de teléfono con una contraseña de 16 dígitos para acceder al documento.


Whitta ha recordado que se quedó casi todo el día en su casa esperando la llamada. Cuando el teléfono sonó, al otro lado de la línea había un contestador automático que le comunicó que le volverían a llamar el lunes. "Me pasé todo el fin de semana subiéndome por las paredes", explica. Incluso intentó averiguar la contraseña del documento sin éxito.

Cuando finalmente obtuvo la llamada y recibió la contraseña, el guionista accedió al documento y fue entonces cuando se enteró de que el proyecto era para un 'spin-off' de La Guerra de las Galaxias. Un proyecto que en el futuro se convertiría en Rogue One: Una hsitoria de Star Wars.

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