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Entre los proyectos fílmicos futuros que veremos en nuestras pantallas se encuentra una segunda entrega del relanzamiento de Godzilla y una secuela del King Kong de Peter Jackson, que llevará por título Kong: Skull Island. Una vez ambas películas hayan cumplido su tiempo de explotación, los dos monstruos podrían enfrentarse en un nuevo film, según asegura en exclusiva Deadline.
Mientras el simio gigante pertenece al dominio público, los derechos del monumental reptil los sigue teniendo Toho, su creadora, con la que Warner Bros. mantiene un acuerdo. Legendary Pictures, la productora que ha sacado adelante Jurassic World junto a Universal, ha trasladado Skull Island a Warner, empresa con la que concluyó una colaboración de ocho años en 2013. Este movimiento responde a la intención de tener a las dos franquicias bajo un mismo techo y por el momento se desconoce la opinión de los mandamases de Universal Pictures al respecto.
Para que esta idea siga adelante, Skull Island ha de cumplir con lo esperado y, por el momento, su desarrollo se está encontrando con muchos baches. Jordan Vogt Roberts, responsable de Kings of Summer, se encargará de la dirección sobre un guión de John Gatins y Max Borenstein, que en estos momentos está siendo modificado por Derek Connolly, co-guionista de Jurassic World. La producción comenzará a finales de este año o a principios de 2016.
El estreno del nuevo trabajo sobre King Kong está previsto para 2017 y se espera que ofrezca la opción de verse en Imax y en 3D, pero cerrar el reparto no está siendo tarea fácil. Por lo pronto, Michael Keaton y J. K. Simmons, que ya habían firmado para participar, abandonaron el proyecto. A pesar de este revés, los nombres que quedan asociados a la “precuela” situada en los años setenta siguen siendo importantes: Tom Hiddleston, Brie Larson, Corey Hawkins, Jason Mitchell, Toby Kebbell y tal vez Samuel L. Jackson, Tom Wilkinson y John C. Reilly.
El japonés Ishirô Honda ya dirigió una cinta que enfrentaba a las dos criaturas: King Kong vs. Godzilla, que se lanzó en 1962 cuando ya se habían estrenado dos películas de Kong y dos de Godzilla. Los legendarios monstruos japoneses se crearon en las décadas de postguerra con la intención de advertir sobre los riesgos nucleares y químicos y por ese motivo, los argumentos solían versar sobre cuestiones de ese tipo.
Kingu Kongu tai Gojira comenzaba con la intención de una empresa farmacéutica de capturar al gorila para hacerse publicidad y aumentar su audiencia televisiva. Un submarino norteamericano choca contra un iceberg donde las Fuerzas de Defensa Japonesa congelaron a Godzilla en 1955, liberando a la peligrosa mutación de forma no intencionada. King Kong escapa de sus captores y ataca Tokio hasta que finalmente consiguen dejarlo fuera de combate y trasladarlo a la isla donde se encuentra el lagarto.