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¿Qué fue de Hayden Christensen, el joven Anakin Skywalker de ‘Star Wars’?
Si hay un papel por el que siempre será recordado Hayden Christensen es el del Anakin Skywalker del Episodio II: El ataque de los clones (2002) y el Episodio III: La venganza de los Sith (2005) de la saga Star Wars. El actor canadiense fue elegido entre más de 400 aspirantes, entre ellos Leonardo DiCaprio, para encarnar al joven Caballero Jedi al servicio de la República que más tarde acabaría empapándose de la fuerza del mal para convertirse en el villano Darth Vader, padre de Luke Skywalker y la princesa Leia.
La carrera artística de este actor canadiense nacido en Vancouver el 19 de abril de 1981 comenzó casi de casualidad, cuando un día acompañó a su hermana mayor a un casting para un anuncio de patatas Pringles. Uno de los directores se fijó en su cara y a los siete años ya estaba haciendo publicidad en televisión. John Carpenter, veterano realizador de la películas de miedo, le otorgó el honor de debutar en el cine con un pequeño papel en la cinta de terror fantástico En la boca del miedo (1994), donde coincidió con Charlton Heston y Sam Neill.
De ahí pasó a engrosar varios títulos de telefilmes de sobremesa y series televisivas de temática terrorífica como El señor de las tinieblas o Pesadillas y formó parte del elenco de Las vírgenes suicidas (1999), el exitoso debut de Sofia Coppola tras la cámara, en otro personaje menor que llevaba por nombre Jake Hill Conley.
Su fama despegó a principios del 2000 gracias a la serie de televisión Tierras altas, en la que encarnaba a un adolescente acosado sexualmente por su madrastra que, desesperado, recurre a las drogas. Su brillante actuación llamó la atención del mismísimo George Lucas para ser su joven Darth Vader en los dos últimos episodios de la trilogía de precuelas de la franquicia galáctica. En el melodrama La casa de mi vida (2001), donde coincidió con Kevin Kline y Kristin Scott Thomas, obtuvo una nominación al Globo de Oro como mejor actor de reparto por meterse en la piel de un adolescente también enganchado a las drogas.
Lucas aseguró en una entrevista que vio en su rostro el lado oscuro que requería el personaje de Darth Vader, además de su buena química con Natalie Portman, que hacía de la reina Padmé Amidala. Su trabajo le reportó una gran popularidad y le brindó una legión de fans y también numerosos detractores. Recibió comentarios negativos de la mayoría de críticos y acabó ganando dos premios Razzie por su interpretación en los dos filmes como peor actor de reparto.
Pese a ello, él siempre afirmó que fue un honor interpretar a Anakin Skywalker y está orgulloso sobre todo de haber trabajado al lado del actor Ian McDiarmid, el rostro del emperador Palpatine. Sus intensos ojos azules y su cabellera rubia le ayudaron a alimentar la lista del People Magazine’s como una de las 50 personas más bellas del mundo, así como una de las 25 estrellas jóvenes más atractivas del Teen People Magazine’s.
Entre el episodio II y el III se puso a las órdenes de Billy Ray para narrar en El precio de la verdad la historia real de Stephen Glass, un periodista ambicioso de Washington que cayó en desgracia cuando se descubrió que la mayoría de los reportajes que escribía eran inventados.
Tras meterse en la piel de uno de los malos más recordados de la historia del séptimo arte, Christensen optó por tomarse un tiempo fuera de los platós, una decisión que perjudicó claramente su carrera, ya que pensó que no se había ganado en serio lo de ser actor: “Sentía que me lo habían dado. No quería ir por la vida como si estuviera encima de una ola”, confesó.
Al lado de Sienna Miller y Guy Pierce participó en Factory girl, descafeinado biopic sobre Edie Sedgwick, musa de Andy Warhol, machacado por la crítica. Fue el inicio de un declive profesional que continuó con la comedia romántica Aprendiz de caballero (2007), en la que era un joven espadachín aficionado a las escaramuzas y a los devaneos amorosos que se enamora perdidamente del personaje de Mischa Barton.
Era un multimillonario que debe someterse a un trasplante de corazón en Despierto, un thriller con dosis de suspense sin demasiada repercusión que le emparejó en la ficción con Jessica Alba y tampoco tuvo suerte con Jumper una cinta de ciencia ficción donde encarnaba a David Rice, un hombre que tiene el misterioso poder de teletransportarse a cualquier lugar del mundo que desee. En esta película conoció a la actriz Rachel Bilson y se hicieron novios. La pareja volvió a coincidir en uno de los episodios de New York, I love you y permanecieron unidos hasta 2017, cuando decidieron romper tras una década juntos y una hija en común, Briar Rose, nacida en octubre de 2014.
Desde hace años, Christensen ha seguido luchando sin éxito por encontrar su hueco en la industria cinematográfica. Con Ladrones, una cinta sobre una banda de atracadores con idris Elba encabezando el reparto, pensó que podría remontar, pero fue otro fracaso de taquilla y de crítica. Tocó fondo con Nicolas Cage en un relato ambientado en la China medieval que llevaba por título Desterrado y junto a Adrian Brody no le fue mejor en Atraco americano, ambas rodadas en 2014. La misma suerte corrió con Bruce Willis en el thriller de acción El último disparo (2017), dirigido por Steven C. Miller.
Sus últimos trabajos han sido El último hombre, una producción argentina en la que interpreta a un veterano de guerra con trastorno de estrés post traumático que entabla una dudosa relación con una especie de Mesías encarnado por Harvey Keitel y Little Italy, otra comedia romántica azucarada con temática pizzera de por medio en la que comparte protagonismo con Emma Roberts, sobrina de Julia Roberts.
Aunque no esté confirmado, desde hace unos meses se rumorea que Hayden podría aparecer en forma de fantasma en el Episodio IX que prepara J.J. Abrams y que se estrenará en diciembre de 2019. Él siempre ha dicho que le encantaría regresar al universo galáctico. “Ser parte de ese mundo fue un gran reto para mí y fueron cuatro o cinco años fantásticos de mi vida. Conservo grandes recuerdos y amistades de esa época de mi vida. Si algún día me llamasen, firmaría sin pensármelo”, ha declarado el actor de 37 años al medio canadiense Etalk.
Por el momento, tocará esperar a ver si retoma su personaje más conocido (y odiado). Mientras tanto, este actor por cuyas venas corre sangre danesa, sueca e italiana, también se divierte jugando al tenis y al hockey. Adora ver jugar al Manchester United y suele ser muy activo en las redes sociales, especialmente en Instagram, donde suele colgar fotos suyas y de algunos rodajes.