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La 88ª edición de los Oscar concluyó como si fuera una gran película de misterio. Con un final sorpresa, repartiendo alegrías a todos. Spotlight se llevó el mayor premio de la velada, el de mejor película; El renacido puso antes al teatro Dolby en pie consiguiendo algunos de los principales galardones, incluidos el de mejor director para Alejandro González Iñárritu y mejor actor para Leonardo DiCaprio, y Mad Max: Furia en la carretera ganó por puntos, con seis galardones técnicos. "Los Oscar más gruñones", como los calificó su maestro de ceremonias, Chris Rock, tras pasarse la gala tirándolas con bala por la falta de diversidad en Hollywood. Los premios acabaron siendo los más diversos, al menos en cuanto a la lista de ganadores.
Ya en la sala de prensa y con una sonrisa imposible de triunfadores en los labios, DiCaprio y González Iñárritu trasladaron el orgullo de su victoria al resto de su equipo. "La vida es incontrolable y el cine es nuestra forma de enfrentarnos a las emociones, una forma de controlar la vida sin sufrir sus verdaderas consecuencias", explicó el mexicano. El negro, como le llaman sus amigos, continuó entre bambalinas con el discurso a favor de la diversidad que comenzó en el escenario del teatro Dolby. "El debate no es blancos y negros porque lo siguiente es, ¿qué? ¿Oscar muy marrones?", se burló de una situación que, en su opinión, se ha polarizado más de lo necesario. "Falta una plataforma moderada que trate el tema en profundidad porque seguir juzgando a la gente por el color de su piel es absurdo", añadió. Palabras profundas que no frenaron su alegría, luciendo su nuevo Oscar encima de la cabeza, mientras Dicaprio describía su recién ganado trofeo como algo "surrealista", la culminación de un sueño que comenzó cuando tenía 4 años y fue al cine por primera vez. "Pero lo que me parece más increíble es que estos dos foráneos —dijo el actor en referencia a González Iñárritu y Emmanuel Lubezki— hayan conseguido dos y tres Oscar consecutivos cada uno. Estoy orgulloso de lo que representa para esta industria".
El renacido había llegado a los Oscar como la favorita, con 12 candidaturas, pero solo salió con tres estatuillas. El premio principal se lo quedó el filme de Thomas McCarthy que reconstruye la investigación de The Boston Globe, que destapó el escándalo de decenas de curas pederastas en Boston. Una labor periodística que obtuvo en su momento el Pulitzer y ahora se ve respaldada por el Oscar.
Eso sí, González Iñárritu, obtuvo el premio al mejor director, el segundo consecutivo, que le pone a la par con dos grandes como John Ford y Joseph L. Mankiewicz. Además de ser el tercer Oscar consecutivo para un mexicano (los dos suyos y el de Alfonso Cuarón, en 2013, por Gravity). Como dicen las redes, los Oscar no solo son muy blancos, también son muy hispanos. "Tengo mucha suerte, pero por desgracia otros no la tienen", recordó el director, que parafraseó un diálogo de su película y, sumándose a la polémica de esta gala, la falta de diversidad, recordó que "son muchos los que no te escuchan, solo ven el color de tu piel". DiCaprio disfrutó de cada momento en el escenario haciendo un llamamiento en defensa del medio ambiente para frenar la mayor amenaza que vive el planeta. "El cambio climático es real", aseguró. "No tomemos el planeta por sentado como yo no tomo este galardón por sentado", sentenció con el Oscar por fin en sus manos.
Mad Max: Furia en la carretera se impuso en número, un dominio que empezó temprano llevándose uno tras otro todos los premios técnicos. Aspiraba a 10 y casi de una tacada se llevó seis. Ahí fue cuando el oso de El renacido se echó a temblar. Eso sí, el filme de González Iñárritu vivió un respiro más que esperado con la victoria de su amigo y compañero de batalla, el director de fotografía Emmanuel Lubezki. "Compadre. A tu pasión, Alejandro", le dedicó medio en español desde el escenario del teatro Dolby el primer director de fotografía que ha conseguido tres estatuillas seguidas.
Si la victoria de Alicia Vikander como mejor secundaria por La chica danesa, lo mismo que la de Brie Larson como mejor actriz con La habitación, estuvieron dentro de lo esperado, otra de las mayores sorpresas de esta montaña rusa llamada Oscar se la llevó Sylvester Stallone, cuando se quedó sin estatuilla en la que se esperaba que fuera su noche. En su lugar, el Oscar como mejor actor de reparto lo recogió un pletórico Mark Rylance por su trabajo en El puente de los espías. La sala no se puso en pie como se esperaba con Stallone pero Steven Spielberg saltó de su asiento nada más conocer la noticia. "Es un momento maravilloso para ser actor", subrayó Rylance todavía en shock.
Pero más esperado que el nombre del ganador fue el discurso de Chris Rock en esta 88ª edición de los premios de la Academia que por siempre quedará bautizada como los Oscar más blancos. "¿Por qué estos? ¿Por qué protestamos estos Oscar?", aseguró un maestro de ceremonias que como se esperaba habló sin pelos en la lengua. "Porque cuando tu abuela está colgada de un árbol es difícil preocuparse de quien es el candidato del mejor cortometraje extranjero?", añadió con acidez. El discurso de Rock disparó contra todos y no cejó en toda la noche. Disparó contra aquellos que, como Jada Pinkett-Smith, boicotearon la ceremonia sin estar invitados. O contra una industria de blancos que, como dijo, es claramente racista. "No es boicot. Queremos las mismas oportunidades", recordó sin perder la sonrisa. Pero como concluyó en su monólogo, no todo es racismo o sexismo. "Y si George Clooney llega a la ceremonia con un cisne saliéndole de entre las piernas, claro que alguien le preguntará qué es lo que vistes", añadió sarcástico contra esa otra protesta que comenzó ya hace un año y que quiere conseguir que se le pregunte algo más a las actrices que el nombre de su modista.
Paradójicamente Spotlight ganó el primer y el último galardón de la noche. El primero, a mejor guión original, y el último, como mejor película del año. Y La gran apuesta se quedó compuesta y con solo una estatuilla, la de mejor guion adaptado.
En el caso de Alicia Vikander, su premio culminó un año de gloria pero la sorpresa vino después. "Nunca pensé que una extranjera como yo acabaría aquí", confesó la sueca de moda en Hollywood. Pero la actriz se quedó de una pieza cuando su otra película de las muchas que estrenó el pasado año, Ex-Machina, se hizo con el Oscar a los mejores efectos visuales. Mucho más prevista fue la derrota de Paco Delgado, el único español candidato al Oscar en esta edición. Se quedó sin la estatuilla a mejor vestuario, que fue para Mad Max: Furia en la carretera. El filme del australiano George Miller se fue llevando los premios de calle sumando al de mejor vestuario el de mejor diseño de producción, mejor maquillaje y mejor montaje, además de los de mejor mezcla sonora y mejor montaje de sonido.
Una noche de hispanos incluso en la animación, donde los chilenos Gabriel Osorio Vargas y Pato Escala Pierart, directores de Historia de un oso, consiguieron el Oscar como mejor cortometraje animado y Del revés lo hizo a mejor largometraje, filme de Pete Docter y producido por alguien con abuelo hispano. "De los que cruzó el río", apuntó el productor Jonas Rivera.
Ennio Morricone emuló a DiCaprio poniendo a todos en pie al conseguir el primer Oscar de su carrera por la banda sonora de Los odiosos ocho. Un premio totalmente esperado aunque la sorpresa fue que el maestro italiano nunca había ganado un Oscar con anterioridad. Menos esperada fue la victoria de Sam Smith con el tema de Spectre, cuando a Lady Gaga solo le faltaba haberse quedado en el escenario para recibir la estatuilla. Menos mal que el británico salvó el día dedicando su galardón "como un orgulloso homosexual" a toda la comunidad de lesbianas, homosexuales y transexuales.