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Incluso el arqueólogo más atractivo, aguerrido y aventurero de todos los tiempos, el gran Henry Jones Jr. (Indiana, para los amigos), hubo de tener una juventud.
O eso pensó Lucas en los ’90, quien lanzó, en 1992 y en plena vorágine de las series de aventuras y ciencia ficción (como Xena o Hércules), Las aventuras del joven Indiana Jones, que nos acercaban a los años mozos del profesor de universidad más interesante ever (en mi facultad al menos no gozábamos de este panorama docente, os lo aseguro).
Pues el jovenzuelo afortunado en cuyas carnes recayó el privilegio de ser Indiana fue Sean Patrick Flanery. Bueno, en realidad Flanery fue uno de ellos, porque para las escenas de Indiana-niño el pequeño actor fue Corey Carrier, pero Flanery llevaba sin duda el grueso del papel, interpretando a Indi en su versión pre-adulta.
Se llegaron a rodar más de 40 episodios, aunque no todos llegaron a emitirse y, de hecho, la tercera temporada, que constaba inicialmente de 12 capítulos, se quedó, dependiendo del país, en 8 episodios o 4 películas. Pero, como fuera, Patrick se plantó en nuestras pantallas y nos deleitó a todos y, especialmente, todas, con sus aventuras por el mundo. ¿Qué fue de él, después de colgar el sombrero?
Pues puede que muchos no recordéis esto, o tal vez incluso no os dierais cuenta en su momento (como para darse cuenta, si no lo reonocieron ni en su casa), pero en 1995 el joven Indiana Jones, al tiempo que colgaba su sombrero de arqueólogo, se ponía otro bien distinto que cubría su peladísima cabeza en Powder: pura energía, junto a Mary Steenburgen y Jeff Goldblum.
En el ’99 le llegaría otro de los títulos más emblemáticos de su carrera: Los elegidos, en la que compartía cartel con Willem Dafoe.
Aunque, por supuesto, en estos 10 años Flanery tampoco se estuvo quieto, precisamente. Además de los cameos de rigor por diferentes series (Tocados por un ángel, Embrujadas, Stargate SG-1, C.S.I., Numb3rs), apareció en películas de menor relevancia para su carrera, pero que sin duda le proveen de un buen currículum.
En 2002, por ejemplo, tenía uno de los papeles principales en la comedia romántica Puedes besar a la novia, y en 2008 repetía protagonismo en El río de cristal que, siendo una película que prometía bastante, se quedó en una decepción para la crítica.
Sin embargo, y tal vez por lo discreto de la carrera de Flanery en general, la mala crítica del algunos de sus trabajos nunca han afectado en gran medida a la trayectoria del joven Indi.
En 2010 lo pudimos ver cubiertito de sangre en Saw VII: el capítulo final (que luego fueron e hicieron la octava parte, pero no pasa nada). Que es curioso cómo les gusta a esta gente coger iconos de los ’90 y bañarlos en sangre, sudor y lágrimas. Y, si no, no hay más que ver lo que le hicieron al pobre Pirata Roberts, de La princesa prometida.
Llama la atención también que se pasara por un culebrón durante la friolera de 54 episodios, que ya son más de los que le dedicó a la serie de Lucas, cuando fue Sam Gibson en The Young and the Restless. Aunque más interesante fue su paso por Dexter, en 2013, en el personaje de Jacob Elway, en una docenita de capítulos en los que ya lo vamos viendo convertido en un señor.
El año pasado fue cabeza de cartel en una de terror junto a Frederick Koehler (uno de los “eternos secundarios”) y Dina Meyer, Dizzy Flores en Starship Troopers, en The Evil Within. Una de terror que pasó, en general, sin pena ni gloria, cuyo bicho principal bien podría ser el de Powder venido a menos (a muy, muy menos).
Ahora mismo, tiene varios trabajos en post-producción, aunque si os pasáis por su cuenta de twitter lo encontraréis, además de presumiendo de familia, promocionando su libro (sí, su libro) Jane Two, que por cierto está recibiendo buenísimas críticas en las redes sociales.
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